En casi cualquier modelo de datos que diseñemos será imprescindible disponer de una dimensión temporal que nos permita filtrar y segmentar los valores numéricos de las tablas de hechos en función de los atributos temporales que nos interesen en cada momento. La dimensión temporal más común y útil corresponde a aquella de nivel de granularidad diario, donde tendremos un registro por cada día del periodo abarcado por dicha dimensión.
Por otra parte, atributos relacionados con la dimensión horaria utilizados para describir los eventos de las tablas de hechos aparecen con mucha menor frecuencia. No obstante, en algunas ocasiones en las que el tiempo queda registrado con un nivel de detalle inferior al día, la posibilidad de segmentar los datos por dichos atributos se convierte en uno de los temas principales a la hora de diseñar un almacén de datos analítico.
Este nivel de granularidad temporal, aunque más frecuente, no será exclusivo de modelos científicos que necesiten una especial precisión temporal en el registro de los eventos que pretenden analizar, sino que podemos encontrar fácilmente casos, dentro del mundo empresarial, en los que la capacidad de filtrar los datos por atributos temporales de detalle inferior a un día nos proporcionará un valor añadido importante. Un ejemplo sencillo puede ser un restaurante, donde conocer las horas de mayor y menor afluencia de clientes será clave en la toma de decisiones relacionadas con el manejo de los horarios del personal.